miércoles, 4 de noviembre de 2009

AGRECION A VIVAS EN CARLOS CALVO VS. CAZON - SALADILLO

Triste episodio de violencia en el "Santiago Salas"

Tristeza es la palabra adecuada para describir el horrible momento que se vivió en el estadio "Santiago Salas", durante el encuentro entre Carlos Calvo y Cazón, tanto que por un momento hasta se temió por consecuencias gravísimas en la integridad física de Claudio Vivas.
Tristeza por el atropello en masa a un indefenso juez de línea que sólo cumplió con su deber: informó al juez de línea de un reclamo intempestivo de tres jugadores de Cazón.
Las consecuencias de ese acto lógico de aquel que quiso impartir justicia ante un hecho anómalo, fueron funestas.
Un espectador, viejo concurrente a los estadios, confió que nunca había vivido un hecho así durante un partido "y eso que hace treinta años que vengo a las canchas".
¿Qué le pasó a los jugadores?; ¿Por qué tamaña reacción virulenta?.
Cazón no supo perder, explotó por la presión de tantas fechas peleando por evitar el descenso, no pudo controlar el impulso ante el descenso inminente por la derrota. Saber perder es una construcción, un aprendizaje, relacionado con el alto espíritu deportivo que debe primar en toda competencia.
El mal perdedor asocia al perder con fracaso e incompetencia, cuando debería dejar todo el esfuerzo dentro de un campo de juego para irse no vencido, sino superado por un oponente mejor y con el alma estrujada, pero intacta para retomar el camino de la superación.
Ahora vendrán las sanciones disciplinarias, que bastará para que los alcanzados por ella reflexionen sobre lo ocurrido y se arrepientan sinceramente de los hechos que los tuvieron como protagonistas.
Pero no bastará para remediar el cimbronazo psicológico de Claudio Vivas y su familia, aquel que sólo tuvo la intención de cumplir con su deber, evitando una "diagonal" cómoda.
Los hechos de violencia inusitada como el comentado, deben encender luces de alarma en los clubes de de Saladillo, especialmente sobre sus divisiones inferiores.
Les resta por delante una ardua tarea pedagógica con los niños, animándolos a una justa deportiva, leal y valiente, pero siempre aceptando que la derrota está en las posibilidades de un juego y que la violencia siempre se vuelve en contra de sus propios colores, aquellos que dicen amar con genuina pasión.

FUENTE: http://www.lamanana.com.ar/ 04-10-09

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